martes, 31 de marzo de 2009

Poseídon


Con la melancolía persiguiéndome por la panamericana sur, mis anhelos de poder pasar un día feliz sin esperarlo no aparecían por medio de la carretera que alcanzaba dentro de ese Gol que me llevaba a un lugar incierto de un buen momento, mas no de lo que había en ese lugar.

Luego de un arduo trabajo de estacionar el auto y sonreír por la atontada idea de que la licencia de conducir parecía un regalo de sus padrinos, realizamos un cambio de ropa tan rápido como la llegada a la playa "indecisa", al caminar fui observando que mi mundo se expandía como siempre al estar frente a ese inmenso potro llamado Poseídon que con su saludo de olas me daba la bienvenida.

Al llegar a sus orillas me deje llevar por sus tiernas caricias que humedecian mi cuerpo de encías de regresar a ese mundo del cual muchas veces querré regresar, conté las veces que me sumergí en mi mundo, fueron 33 veces dejando un reposo para las próximas 33 veces y dejando las próxima 33 para decir que estoy vivo gracias a la iniciativa de no saber que hacer un día domingo.

Volví a sentir que la arena raspa, que el sol quema y que el mar moja, me siento mas que vivo me siento en paz y mas aun con todas las ganas de los cambios que vienen y me azotaran con el dolor de la soledad.

1 comentario:

Gary Rivera dijo...

Cual es la playa "indecisa" , si hay algo que me causa curiosidad, es lo criptico que eres a veces!!!

mmm a ver si escribes mas seguido pess!!